Escapada a Teruel: Experiencias y Recomendaciones

¿Qué hicimos?

DÍA 1

Primer viaje de 2025. Viernes 24 de enero, puntuales como solemos serlo siempre a las 9’30h de la mañana salíamos de casa en dirección a Teruel, ciudad a la que llegábamos poco más de tres horas después, con la suerte de aparcar justo en la misma calle en la que se encontraba nuestro hotel, Hotel Isabel de Segura, y justo en frente de la venta de nuestra habitación, con lo que esta vez no nos hizo falta parking. Hecho el check-in lo primero que hicimos fue irnos hasta la famosa Plaza del Torico y de ahí a la Oficina de Turismo de Teruel donde muy amablemente nos señalaron en un mapa los lugares más importantes para visitar, su ubicación y dónde también pudimos recoger más información en forma de folletos acerca de actividades y otros lugares que en el mapa no estaban señalados. Dado que ya casi era la hora de comer decidimos ir a probar un sitio muy bien recomendado tanto en Google como en Tripadvisor llamado La Barrica, un sitio típico de la ciudad a base de pinchos y vino. Pudimos probar el pincho de bacalao al ajoarriero, el de ternasco, el taco, el de guacamole con anchoas y algunos más muy ricos y muy bien presentados, así como probar algún vino dentro de la gran variedad de su carta de vinos. Saciado nuestro apetito decidimos dar un paseo por las calles más céntricas para así ir ubicándonos en la ciudad. Decir que la mayoría de monumentos, (Mausoleo de los Amantes, Catedral, Iglesias, Murallas, etc.), cierran a mediodía y hasta las 16’30h o las 17h no vuelven a abrir sus puertas. Nuestra sorpresa fue que también las tiendas, sobretodo las franquicias, que en cualquier capital suelen tener un horario ininterrumpido aquí sí que interrumpen el horario, cosa que por otra parte nos pareció perfecto ya que todos tenemos derecho a comer tranquilamente y a descansar un poco si hay tiempo, así que tranquilamente tomamos un café y algún dulce en una cafetería en la Plaza del Torico y nos acercamos a contemplar la Escalinata del Óvalo. A las 16h estábamos en la puerta de la Iglesia de San Pedro, ya que ahora y de manera provisional se accede por ahí al Mausoleo de los Amantes de Teruel. Fue una visita guiada en la que nos contaron la «historia» de los Amantes de Teruel, (no es posible saber a ciencia cierta si las momias corresponden realmente a Diego, (aunque su nombre real fue Juan), y a Isabel, aunque la datación por Carbono 14 los fecha a principios del siglo XIII), y se puede contemplar una exposición en la que, aparte de contarse también la historia, se pueden ver unas fotografías reales de cómo se exponían hace años los cuerpos de los amantes en los diferentes lugares en los que estuvieron custodiados, (decir que algunas fotografías dan un poco de grima). Los sarcófagos se pueden ver y fotografías e incluso se pueden ver a las momias por los laterales de los sarcófagos aunque por motivos de conservación no es posible sacar fotografías. Después visitamos la Iglesia de San Pedro y pudimos subir hasta lo alto de la torre Mudéjar haciendo antes un alto en el camino en el lugar donde antes se ubicaba el órgano de la Iglesia, órgano que tuvo que ser retirado debido al mal estado de conservación en el que se encontraba. Desde el hueco que dejó el órgano se tiene una vista muy bonita de toda la Iglesia, y desde lo alto de la torre se tienen unas vistas preciosas de todo Teruel y además pudimos acceder al exterior de la Iglesia y contemplar de cerca las vidrieras que rodean toda el templo a una altura considerable.

Una vez terminada la visita, que duró algo más de una hora, nos fuimos a conocer, (y a tomar unas cervezas, todo sea dicho de paso), el Flanagan’s Official Irish Pub, un local ubicado en el centro de Teruel, en una casa señorial del siglo XVII, con terraza privada, local decorado al estilo Victoriano y que en sus 300 metros se expone una de las más extensas colecciones dedicadas a la banda irlandesa U2, donde además se celebra todos los años, el tercer sábado de octubre, un encuentro internacional de fans de U2 con diversas actividades en torno a esta banda. Desde luego merece mucho la pena visitarlo.

Cuando salimos del pub había anochecido, la Catedral estaba cerrando, (horario hasta las 19h., por lo que nos pidieron que volviéramos al día siguiente y que por el mismo precio de la entrada normal nos meterían en una visita guiada), estábamos ya cansados de todo el día estar en el coche y recorriendo calles así que decidimos ir al hotel a descansar.

DÍA 2

No había prisa para levantarnos, así que pudimos dormir tranquilamente y cerca de las 9’30h de la mañana fue cuando bajamos al restaurante del hotel a desayunar. A las 11 en punto de la mañana estábamos en la puerta de la Catedral que abría en esos momentos sus puertas y compramos las entradas para unirnos a las 12 del mediodía a un grupo que tenía concertada una visita guiada. Dado que la entrada da derecho a poder visitar también el Museo de Arte Sacro de Teruel, (situado justo en frente de la puerta de la Catedral), y todavía quedaba casi una hora hasta mediodía decidimos primero conocer este museo en el que se exponen cantidad de objetos religiosos, ropas, reliquias y en el que en una de sus plantas se puede visitar una vivienda es estilo Modernista que posiblemente sea lo más bonito de todo el museo. La visita a este museo no dura más de 40 minutos, por lo que a las 12 estábamos ya dentro de la Catedral de Teruel, (dedicada a Santa Maria de Mediavilla), esperando a que diera inicio la visita guiada. La visita, (muy amena por cierto), empezó contando la historia de la evolución de la pequeña iglesia original situada en el medio de la villa de Teruel en honor a Santa Maria, (de ahí que se llame Santa Maria de la Mediavilla), hasta convertirse en la Catedral que es hoy en día. Pudimos recorrer todas las capillas y subir hasta la balconada que hay más arriba de dónde se sitúa el órgano. Desde ahí se tienen unas vistas magníficas de toda la Catedral y sobre todo se puede observar el maravilloso techo de madera original del siglo XIII, (a excepción de una pequeña parte, un 10% más o menos, que fue destruido por una bomba durante la guerra civil española y reconstruido años más tarde). Es curioso que todo el entramado de vigas de madera del techo sujeten lo que es toda la estructura de piedra de la Catedral, de ahí que esta no haya en el exterior ningún contrafuerte. Pudimos visitar también la cripta y una vez finalizada la visita nos dirigimos al Museo Provincial de Teruel, (entrada gratuita), un museo situado en un bonito edificio y repartido entre su sótano, la planta baja y las cuatro plantas superiores. En este museo se puede conocer la historia de Teruel desde sus inicios hasta hoy en día. Decir que cuando nosotros fuimos había en la planta baja una exposición temporal de moda de los años 60 muy curiosa y muy bonita, tanto por los vestidos expuestos como por las fotografías en blanco y negro de la época. Terminada la visita era hora de reponer fuerzas y esta vez lo hicimos en el Gran Café de Teruel. Un restaurante muy bonito, que te retrotrae a los cafés de principios del siglo XX, con menú diario y con platos fuera del menú realmente apetecibles, (las hamburguesas por ejemplo tenían una pinta genial). Si uno quiere comer en algún restaurante con mención en la Guía Michelín o con Estrella Michelín también los hay en Teruel, como por ejemplo el Restaurante Método o el Restaurante Yain que además, este último, muy apropiado para personas intolerantes al gluten.

Después de comer tratamos de tomar un café y algún dulce en alguna cafetería/pastelería que durante nuestros paseos habíamos fichado, pero pese a ser sábado por la tarde estaban todas cerradas, (y no es que cerraran a mediodía, es que ya no abrían hasta el lunes), lo cual nos sorprendió tratándose de un sábado, un lugar turístico y habiendo tanta gente como había. Al final pudimos tomar café, (sin dulce), hasta que fueron las 16h y pudimos entrar a visitar los Aljibes Medievales situados justo debajo de la Plaza del Torico, (la entrada te da derecho también a visitar y recorrer lo que queda y lo que se ha reconstruido de la muralla de la ciudad).

Los aljibes son impresionantes, y pensar en la obra de ingeniería que supuso para la época el construir tanto las conducciones de agua como los propios aljibes resulta más impresionante todavía. En uno de ellos se pueden ver las estalactitas producidas por el agua y en el otro aljibe se ha habilitado un auditorio, (para hacernos una idea del tamaño del aljibe), con una pantalla en la que se proyecta una historia de dibujos animados y en la que se da a conocer la historia de este lugar. Al salir de los aljibes nos dirigimos hacia las murallas, (todas las cosas pillan cerca unas de otras en Teruel). Si bien es cierto que recorrer las murallas y subir a una de sus torres resulta bonito y se tienen unas vistas únicas de la ciudad, de las murallas y del acueducto, si que tenemos que decir que la reconstrucción, a nuestro parecer, nos dejó un poco decepcionados al menos a nivel estético. Demasiado hormigón a la vista para un monumento tan bonito y tan emblemático y tan importante.

Exhaustos después de estar todo el día caminando nos fuimos al hotel a descansar un poco antes de la cena, (cena romántica que se servía en el propio hotel). Al volver a la habitación nos encontramos que nos habían dejado unas trufas y una botella de cava.

¡Hasta mañana!

DÍA 3

Domingo y sí que nos levantamos bastante antes que el día anterior. Ducha, desayuno, maletas y al coche. Nuestra idea inicial era haber hecho una parada para conocer alguna bodega de vinos, de aceite o algún secadero de jamón pero la mayoría o nos pillaban muy lejos y fuera de nuestra ruta de vuelta o si nos pillaba cerca no habían visitas hasta el mes de marzo, por lo que decidimos irn a conocer el bonito pueblo de Chulilla, (Valencia). Un pueblo precioso, situado en el interior de la provincia de Valencia, con unas vistas espectaculares y con un ambiente muy bonito y agradable de cientos de personas que se acercan hasta el pueblo para poder hacer rutas de senderismo, bicicleta, etc. Tanto nos gustó que nos quedamos allí a comer en el Restaurante la Rueda, (aunque inicialmente nuestra idea era hacerlo en el Restaurante Hoces del Turia, pero estaba ya todo reservado), y decidimos que, si es posible, cuando pasen estos meses de frío, iremos a pasar allí unos días para así poder hacer alguna que otra ruta de senderismo por los preciosos parajes que hay.

Después de comer iniciamos el camino de vuelta a casa y después de algo mas de 2 horas de viaje llegamos a nuestro punto de partida dando así por concluida nuestra escapada.