Experiencia en Glamping: Tiendas de campaña con glamour en entorno natural
Interior tienda Glamping por la noche

SOBRE ESTE DESTINO

VALORACIÓN GENERAL:

Por casualidad vimos en una red social, (Facebook), un anuncio que hablaba de una cosa llamada Glamping. Básicamente esto es acampar en tiendas de campaña ya montadas y totalmente equipadas en campings seleccionados por la empresa que monta y dota las tiendas. Buscando un poco más por internet descubrimos que la palabra «glamping» se deriva de la combinación de las palabras glamour y camping, lo cual significa camping con glamour, es decir, acampar temporalmente en medio de la naturaleza y al aire libre, (generalmente en un camping), sin dejar de lado las comodidades o el confort de un hotel, (en ocasiones de lujo).

Y dado que disponíamos de unos días y nos apetecía probar esta experiencia decidimos buscar un camping de montaña donde además pudiéramos realizar alguna que otra actividad. Buscando por la página de la empresa con la que habíamos decidido contratar, (Kampaoh), encontramos un camping en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, que además de ofrecer los servicios que ofrece habitualmente un camping íbamos a disponer de rutas de senderismo y de actividades adicionales muy cerca del lugar de acampada, kayak y paddle surf en el Embalse de la Bolera o también de barranquismo, vías ferratas, tirolina, etc., de la mano de Aktivjaen. Y así, el 9 de agosto nos fuimos para Jaén. Al llegar, la primera impresión que recibimos fue buena, puesto que el camping se encuentra en pleno Parque Natural y la recepción del camping se ubica en la misma caseta en la que anteriormente estaba la oficina de turismo de Pozo Alcón, (la localidad más próxima a unos 7 kms. de distancia aproximadamente). Al entrar nos encontramos con la recepción propiamente dicha y con una pequeña tienda en la que prácticamente podíamos comprar «apenas nada», algún helado, tomate frito, batidos, imanes para el frigorífico y poco más, pero bueno al preguntar nos dijeron que tanto el agua como el hielo, por ejemplo, lo podíamos adquirir en el restaurante.

Una vez hecho el check-in y con la llave de la tienda que habíamos reservado entramos con el coche, (se incluía en el precio también el vehículo), hasta la zona de acampada de Kampaoh. En esta zona, ubicada bajo una inmensa pinada, (como casi el resto del camping), se encontraban las 15 tiendas de campaña, cada una de un tamaño y con equipamientos diferentes según lo contratado. La primera impresión fue buenísima aunque poco después nos dimos cuenta que estaban todas las tiendas demasiado juntas unas de otras para el espacio inmenso de que dispone el camping. Todos los edificios del interior, (restaurante, baños y duchas), presentaban exteriormente un aspecto inmejorable pero, siempre hay un pero, la cosa cambió cuando nos asomamos al interior de los baños y de las duchas. Viejos, con telarañas, destartalados en algunos casos, con las tuberías a la vista, espejos rotos, sin papel higiénico, desagües embozados y sobre todo y lo más importante sucios, (con insectos muertos durante días en el mismo sitio, por ejemplo en el plato de ducha), con pelos tanto en el suelo como en las paredes, con tierra y hierbas, etc. Entendemos que se trata de un camping situado en la montaña, que tienen que haber insectos y otros animales, que pueden haber personas que en su casa no se comporten igual a como lo hacen cuando están fuera de ella pero esto era otra cosa. Y no porque no hubieran personas encargadas de la limpieza sino porque esta era insuficiente para el número de baños y duchas existentes y además pidiendo a gritos una renovación urgente de las instalaciones.

En lo que respecta al restaurante del camping nada que objetar, al contrario, una atención que ya muchos quisieran, una calidad aceptable y buenas cantidades a precios muy asequibles. Y la piscina, porque el camping también disponía de piscina, nada que objetar aparte del la falta de césped, (normal también dado el número de personas para tan poco espacio que ocupaba el recinto de la piscina y desagües de las duchas embozados y repletos de avispas).

En cuanto a lo que realmente nos llevó hasta allí debemos decir que las tiendas cumplían con las expectativas. Nuestra tienda disponía de dos camas de 135 cms., muy cómodas equipadas con ropa de cama y edredón, (las camas estaban hechas a nuestra llegada), dos toallas de baño por persona, perchero, espejo, dos bancos de madera de 90 centímetros y una mesita y una silla de madera, luz eléctrica en el interior, vasos y cubiertos, ventilador y calefactor y un mini-frigorífico, además de espacio más que suficiente para dejar nuestras cosas y con una altura considerable, (2m y 30 cms.), para poder estar de pie. Fuera disponíamos también de luz eléctrica, esteras de esparto en la puerta de la tienda y una mesa con tres sillas. La tienda disponía de 3 ventanas en cada lateral, entradas por ambos lados y mosquiteras. La verdad, tiendas muy confortables y muy cómodas.

También pudimos disfrutar de dos rutas de senderismo por los alrededores de la zona, el sábado por la tarde fuimos al Bosque Encantado de las Higueras y al Puente de la Tía Canaca, (muy recomendable aunque demasiado saturado de gente), y el domingo, también por la tarde, nos fuimos a la ruta de la Cascada de Guazalamanco, (esta última absolutamente recomendable y encima estuvimos prácticamente solos). Son dos rutas cortitas pero que nos permitieron disfrutar de paisajes, de vistas y de parajes totalmente increíbles y que en ningún momento podíamos sospechar que pudiéramos encontrarlos en aquella zona.

Las mañanas del sábado y domingo las dedicamos a hacer primero kayak, (un kayak doble durante dos horas el sábado), y paddle surf y kayak individual el domingo en el Embalse de La Bolera, (al 70% de su capacidad). Hay que decir que el agua aparte de estar a una temperatura excepcional estaba también muy muy limpia lo que nos permitió en más de una ocasión de poder disfrutar de más de un baño rodeados de cientos de peces a nuestro alrededor.

  • Atractivo: 4/5
  • Atención: 5/5
  • Limpieza: 1/5
  • Calidad-precio: 3/5

SOBRE ESTA EXPERIENCIA

POSITIVO

  • Ubicación, entorno natural y zona de acampada amplísima y con sombra.
  • Tiendas de campaña contratadas excelentes, (Kampaoh).
  • Actividades de ocio y deporte, (Aktivjaen), y rutas de senderismo.
  • Todo el personal que nos atendió, (tanto del camping La Bolera como de Aktivjaen.

NEGATIVO

  • Estado de conservación y falta de mantenimiento de baños y duchas del camping.
  • Suciedad y falta de higiene en baños y duchas.
  • Kiosko sin productos básicos de primera necesidad, (pueblo más cercano a 7 kms.).

COMENTARIOS:

Si alguien tiene pensado hacer Glamping podemos decir que es totalmente recomendable y que al menos la empresa con la que reservamos nosotros, (Kampaoh), cumplió plenamente con lo que ofertaba. Otra cosa es dónde se ubican las tiendas y que ya se lo hemos comentado a Kampaoh. Recomendamos que antes de contratar la estancia leáis, por ejemplo en Google, las reseñas puestas por otros usuarios del camping o del lugar donde vayáis a estar acampados para que no os pase lo que a nosotros, pagamos una cantidad nada desdeñable para no tener en el camping, al menos, unas condiciones de higiene mínimas. Por ese mismo precio perfectamente hubiéramos podido contratar la estancia en un hotel rural de la zona con un baño para nosotros solos, ese fue fallo nuestro, pero lo que es el Glamping en sí nosotros repetiríamos sin dudarlo y lo recomendamos probar al 100%.

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