¿Qué hicimos?

DÍA 5
ETAPA 4 / PONTEVEDRA – CALDAS DE REIS
Otro días más que el despertador volvía a sonar muy temprano. Nos levantábamos con miedo a que nuestras piernas ya no estuvieran dispuestas a caminar más pero eso no pasaba. Salimos del albergue, que por cierto estaba a reventar de gente, en busca de una cafetería para desayunar. Después de nuestra tostada con tomate y jamón, nuestro café con leche e incluso algo de bollería emprendíamos la marcha de 23 kilómetros según la aplicación.
Empezamos callejeando por el centro histórico de Pontevedra, (calles que ya habíamos recorrido la tarde anterior en nuestro paseo por la ciudad), cruzamos el puente y todo este tramo inicial lo hacemos por asfalto, (camino alternativo por obras), pasando junto a un humedal que se extiende durante muchas hectáreas. Aquí ya nos encontramos en la parroquia de Santa Maria de Alba y poco después llegamos al lugar de Pontecabras. De ahí a Guxilde pasando antes bajo las vías. Aquí nos encontramos con la iglesia de Santa Maria de Alba construida en el siglo XVI. Seguimos camino, volvemos a pasar bajo las vías y llegamos a San Caetano de Alba. Después vendrá la parroquia de Cerponzons con los lugares de Leborei y O Castrado y desde aquí, donde hasta el momento prácticamente todo había sido asfalto, empieza una senda donde el musgo y la hiedra se han hecho los dueños de muros y troncos. Un poco más adelante nos encontramos con un paso a nivel sin barreras, (todavía quedan de estos), en el que hay que llevar especial cuidado porque el tráfico de trenes es bastante intenso, tras el entramos en San Amaro, que pertenece a la parroquia de San Mamede da Portela. Seguimos camino, (seguramente ya habríamos parado a tomar algo y a cuñar nuestras credenciales en algún que otro sitio). En A Cancela seguimos hasta llegar a la parroquia de Anúdelo y concretamente a Valbón. Supuestamente desde aquí nos quedan solo 10 kilómetros para llegar a nuestro destino. Seguimos avanzando entre caminos y carreteras y ya te encuentras con el mojón de los últimos 50 kilómetros, (hasta Santiago), y desde ahí, recorriendo varias pistas hasta llegar a La Seca. Más carretera por delante, esta vez una carretera nacional, salvamos el río Agra y pasamos por Barosa, (Concello de Portas), para terminar volviendo a la N-550. Aquí hay unos emparrados desde donde se puede ir a visitar las Cascadas del Río Barosa, (solo son 400 metros y es totalmente recomendable sobre todo si hace calor y le apetece a uno darse un baño refrescante). Siguiendo caminando se llega a Briallos y de nuevo la N-550 que nos lleva persiguiendo todo el día. En este tramo final apenas hay sombras y se va llegando a la aldea de Tivo. Tan solo, unos 20 minutos después, entramos en Caldas de Reis y no han sido 23 kilómetros, han sido 24, (creemos que el día que más se aproximó la aplicación a la realidad del trayecto).
Dejamos nuestras mochilas en la Pensión Caldas, (aquí teníamos una habitación individual con baño compartido), y salimos escapados a comer. Acabamos sentándonos en el Mesón Bermaña. Un agradable mesón junto al río en el que nos comimos nuestra primera mariscada del camino regada con un vino albariño muy muy fresquito.
Después de comer llegó una más que merecida siesta que se prolongó hasta bien entrada la tarde. Salimos a conocer Caldas y ya muy tarde nos encontramos con el grupo que a partir de ese día íbamos a compartir Camino, charlas, confidencias, comidas, cenas y muchas risas.
Una última cerveza con ellos y a descansar.
DÍA 6
ETAPA 5 / CALDAS DE REIS – PADRÓN
Que el despertador sonase a las 7 de la mañana se había convertido ya en costumbre. Bajamos al bar de la pensión y casualidades de la vida nos encontramos con Marcos y con Susana que estaban desayunando, desayunamos nosotros también con ellos e iniciamos nuestro nuevo día de Camino. Ellos salieron antes y nosotros pocos minutos después tras recoger nuestras mochilas de la habitación. Los alcanzamos pocos kilómetro después y con ellos y el resto del grupo llegamos hasta el final del Camino. Pero la etapa en si se inicia abandonando Caldas de Reis y por delante nos quedaban algo más de 21 kilómetros de los cuales los primeros 6 eran de continuo ascenso para después tener un continuo sube y baja hasta llegar al destino. Salimos de Caldas junto al río Bermaña hasta llegar a Lavandeira. El trayecto seguía ascendiendo sin apenas notarlo, (ahora al principio), hasta la parroquia de Carracedo y de nuevo nos volvíamos a encontrar con la N-550. Cruzamos la carretera y subimos hasta la iglesia de Santa Mariña. Pasada la iglesia atravesamos Gorgullón y tras varios cruces volvemos a encontrarnos con la N-550. Poco después nos despedimos del Concello de Caldas de Reis y entramos en el de Valga. Entramos a una pista que circula paralela a la AP-9, seguimos hasta el Casal de Eirigo, de nuevo seguimos paralelos a la autopista y por un camino asfaltado hasta O Pino. A partir de aquí el camino se vuelve mucho más agradable que la dichosa carretera nacional y por una pista nos adentramos en el monte Albor junto al río Valga. Al salir del bosque cruzamos el río y entramos en San Miguel de Valga. Después vendrán Cimadevila y Fontelo y ya después nos metemos en el Concello de Pontecesures, en el barrio de Infesta cruzamos la carretera que va dirección a Estrada.
Más adelante se encuentra el albergue de Pontecesures y a continuación la iglesia de San Julián y de seguido viene el albergue de peregrinos de Herbón. Este albergue se encuentra en una dependencia del monasterio franciscano y aquí se encuentra la cuna de los famosísimos pimientos de Padrón, (unos pican y otros no). El Camino, como no, sigue adelante y justo después de un paso a nivel se llega hasta un puente sobre el río Ulla. Justo antes del puente se unen a este Camino aquellos peregrinos que se decidieron por la variante espiritual. Nada más cruzar el río nos despedimos de la provincia de Pontevedra y saludamos a la de A Coruña. Desde aquí quedan todavía unos 2 kilómetros para llegar a Padrón y fue aquí donde todo el grupo decidimos para a comer en el Bar Obradoiro, (un menú peregrino fuera de la típica comida de los menús de este tipo y a muy buen precio, además de una excelente calidad). Decimos todo el grupo puesto que por el camino nos fuimos encontrando hasta reunirnos todos en el restaurante Buen Camino. Fue aquí donde conocimos a Manolo, un artesano de avanzada edad que nos atrapó con su labia y su sabiduría, sus consejos, buenas palabras y buenos deseos para todos y que de paso nos vendió unos colgantes a cada uno de nosotros, todo hay que decirlo.
Salimos de comer cerca de las cinco de la tarde y los dos últimos kilómetros se nos hicieron eternos. Finalmente llegamos a nuestro albergue, (Albergue & Rooms Murgadan), donde Raúl tuvo a bien esperar a que llegásemos para darnos las llaves de nuestra habitación.
Una ducha, un poco de descanso y de tratamiento para nuestros pies y de nuevo en la plaza del pueblo para recorrerlo, conocer su historia, sus edificios, sus calles y también alguna que otra cerveza hasta la hora de cenar, cena que hicimos en en Bar Alfoli. Unas tapas, unos pimientos de Padrón como no podía ser de otra manera, (ningún pimiento picó), algo de Albariño y a dormir.
Nos quedaba al día siguiente la última, más larga y más emocionante etapa de este Camino y había que descansar.

DÍA 7
ETAPA 6 / PADRÓN – SANTIAGO DE COMPOSTELA
El despertador sonó a las 6’30 de la mañana, habíamos quedado con parte del grupo a las 7 para desayunar y así lo hicimos después de medio arreglar la maltrecha maleta de Marcos con papel film y mucha cinta de embalar.
Al final eran casi las 8 de la mañana cuando dábamos inicio a nuestra última caminata entre muchas bromas y risas. Risas que a medida que los kilómetros se iban acumulando iban reduciéndose, (nunca terminándose). Tal y como teníamos acordado con el resto del grupo cada uno hacía su camino y si a unos les apetecía parar y a otro no les apetecía pues no se paraba, se continuaba con el camino y más adelante nos volveríamos a encontrar. Eso sí, debíamos entrar todos juntos a la Plaza del Obradoiro.
25’2 kilómetros, según la aplicación, nos esperaban por delante. Ya habíamos salido de Padrón para entrar en Iria Flavia, (antigua sede episcopal hasta que dejó de serlo en favor de Compostela cuando se encontró el cuerpo del Apóstol. Tras dejar Iria Flavia volvemos, un día más, a encontrarnos con la N-550 a la altura de Pazos y al poco callejeamos por Romanís, Rueiro y Anteportas. Luego viene un poco de asfalto, unos cuantos correos en Tarrio y a la altura de Esclavitude de nuevo la carretera nacional. Desde ahí subimos a la iglesia de Santa María de Cruces y desde ahí, siguiendo las indicaciones y tras pasar un nuevo paso a nivel sin barreras llegamos a Angueira de Suso. Menos mal que desde ahí hasta Areal y A Picaraña vamos cubiertos por un enorme e interminable emparrado.
Seguimos caminando, como no. En el kilómetro 10, aproximadamente, llegamos a Faramello y unos cientos de metros más adelante al albergue público de Teo. A partir de aquí unas cuantas rampas hasta Rúa de Francos, mas terreno asfaltado hasta Oeste y después Cataloga y un poco más adelante el núcleo de Pedreira. Nos metemos de nuevo en el bosque de robles hasta A Grela y desde aquí sube por carretera hasta llegar a O Milladoiro, perteneciente al Concello de Ames. Pasamos O Milladoiro junto a una subestación eléctrica viene el prólogo del Agro dos Monteiros, el Monte do Gozo del Camino Portugués. Desde aquí se ve por primera vez Santiago de Compostela y las torres de la catedral. Parece que ya estamos en Santiago pero todavía faltan bastantes kilómetro para llegar. Bajamos hasta Rocha Vella para llegar a Ponte Vella y cruzar el río San.
A unos 5 kilómetros De Santiago, más o menos, nos encontraremos una pequeña casa a mano derecha donde poder descansar, tomar un refrigerio y poder comprar desde un chubasquero a una pulsera o un pin.
Santiago de Compostela está delante de nosotros pero nosotros no llegamos.
Nada más cruzar el río San viene una bifurcación. Nosotros cogimos la de la izquierda que continuaba por asfalto, (la de la derecha va por un camino de tierra y tiene un kilómetro y medio más de recorrido, que a estas alturas las piernas ya no necesitan). Pasamos por un paso superior la autovía para desembocar en la avenida de Choupama y poco después, tras cruzar una rotonda, llegaremos a la avenida de Rosalía de Castro. Esta avenida se hace eterna y parece que nunca termina pero te lleva hasta el casco antiguo de Santiago.
Callejeando todos juntos, cantando, riendo, llegamos hasta una de las entradas a la Plaza del Obadoiro, (esa entrada en la que tras bajar unas escaleras hay casi siempre algún gaitero tocando y recibiendo a los peregrinos).
La entrada a la Plaza del Obradoiro es realmente emocionante, para unos por haber conseguido un reto, para otros por motivos religiosos, pero lo que sí es cierto es que por el motivo que sea que uno haya hecho el Camino de Santiago acaba emocionándose.
Risas, abrazos, lloros, lágrimas, mil pensamientos, dolor, cientos de fotografías, reencuentros, despedidas, frío, calor, lluvia, cansancio, fe, amistad, recuerdos, todo se junta cuando uno llega a las puertas de la catedral de Santiago de Compostela.
Toca ahora llegar hasta la oficina de atención al peregrino, con la credencial en la mano para que comprueben que efectivamente se han hecho mínimo 100 kilómetros a pie para que te sellen por última vez la credencial y te den la Compostela, (que no la Compostelana como dicen algunos), el papel que certifica que has hecho el Camino de Santiago. Es un momento muy bonito cuando ves tu nombre escrito en latín y el reconocimiento, de alguna manera, a tanto esfuerzo.
Casi las 5 de la tarde, después de 28’8 kilómetros finales, (al final fueron un total de 135 kilómetros recorridos), y tocaba comer. Gracias a que un buen restaurante junto a la oficina de atención al peregrino, (Milongas Tapería), nos atendió estupendamente y nos sirvió una muy buena comida acompañada de marisco y vino blanco.
Después al hotel, en nuestro caso el Airas Nunes y de nuevo todo el grupo, (casi), para ver bajo un diluvio la final de la Eurocopa de fútbol que finalmente ganó la selección española. Una buena cena en el Restaurante La Jefatura, y a dormir, (menos algunos que todavía tuvieron fuerza para ir hasta un karaoke).
Solo podemos decir que al principio del camino en alguna que otra ocasión nos preguntamos qué hacíamos allí y que una vez finalizado merece mucho la pena hacer el Camino, (da igual si vas a la aventura o lo tienes todo programado, si llevas la mochila a la espalda o usas un servicio de transporte de mochilas), pero volveremos a hacer de nuevo el Camino y esperamos volver a encontrar a todas las personas que encontramos en nuestro primer camino, (y no os nombro porque seguro que me dejaría a alguien y no quedaría bonito).
Recomendaciones :
- Basílica de Santa Maria la Mayor, (Pontevedra).
- Ruinas de Santo Domingo, (Pontevedra).
- Ponte do Burgo, (Pontevedra).
- Plaza de la Herrería y Plaza de la Leña, (Pontevedra).
- Jardín botánico, (Caldas de Reis).
- Iglesia de Santo Tomé Becket, (Caldas de Reis).
- Mesón Bermaña, (Caldas de Reis).
- Iglesia de Santiago, (Padrón).
- Iglesia de Santa Maria la Mayor de Iria Flavia.
- Centro histórico de Padrón
- Casa-Museo de Rosalía de Castro, (Padrón).
- Catedral de Santiago de Compostela.
- Plaza del Obradoiro, (Santiago de Compostela).
- Centro histórico De Santiago de Compostela.
- Parque de la Alameda, (Santiago de Compostela).
- Mercado de abastos, (Santiago de Compostela).
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