
SOBRE ESTE DESTINO
VALORACIÓN GENERAL:
Espectacular experiencia, creo que es lo que mejor define a lo vivido bajo el agua. Si a esto le añades el contar con un instructor de buceo, (además de amigo), solo para uno, la experiencia se multiplica positivamente.
- Atractivo: 5/5
- Atención: 5/5
- Limpieza: 5/5
- Calidad precio: 5/5
SOBRE ESTE DESTINO
POSITIVO
- Respirar bajo el agua.
- Sensación de ingravidez.
- Contacto con la naturaleza.
NEGATIVO
- Nervios.
- Sensación de poca duración de la experiencia.
- Peso del equipo fuera del agua.
COMENTARIOS:
Fecha: Domingo 2 de septiembre.
Hora: 9 de la mañana
Lugar: Cabo Huertas, (Alicante).
Me recoge en la puerta de casa mi amigo, @fernandogarciafilia que además ese día va a ser mi instructor en mi bautismo de buceo.
Nos dirigimos al punto de reunión en el Cabo Huertas de Alicante, muy cerquita del faro y de camino me entero que soy el único que va a tener bautismo de buceo por lo que voy a estar solo yo con mi instructor.
Una vez allí, relleno el cuestionario relativo a mi salud, obligatorio para el seguro, ver el estado del mar que ese día estaba algo revuelto y empieza la explicación de todo el equipo que voy a llevar encima. Empezamos por el equipo ligero que se compone de las gafas de buceo, el traje de neopreno, escarpines y aletas. Después seguimos con el equipo pesado compuesto del chaleco, la botella de aire, el manómetro, los dos respiradores y el hinchador del chaleco, aparte de los plomos para ganar peso y no flotar.
La charla sigue en cómo movernos dentro del agua, cómo respirar «normalmente», cómo compensar los oídos por la presión, cómo evacuar debajo del agua el agua que pueda entrar en las gafas, cómo recuperar el tubo de respiración si por cualquier causa se sale de la boca, cómo expulsar agua o cualquier otra cosa, (arena, vómito), que podamos tener en la boca, por qué hay dos tubos para respirar y sobre todo y principal cómo comunicarnos bajo el agua mediante señas.
Una vez explicado todo esto y con el equipo puesto, (que viene a pesar entre 12 y 15 kg.), nos dirigimos al agua. Lo primero que se nota al meterse en el agua es la protección que da el neopreno y después que el equipo ya pesa bastante menos. Una vez dentro hay que ponerse las aletas, cosa que no resulta precisamente fácil la primera vez ya que los movimientos quedan un poco limitados por todo lo que llevas encima y las olas no paran ni tienen intención de hacerlo mientras te las pones. El primer ejercicio es meter la cabeza bajo el agua, como si hicieras snorkel, principalmente para acostumbrarte a respirar a través del tubo que va conectado a la botella de aire. Cuando el instructor considera que ya eres capaz de respirar casi normalmente y que tus nervios han ido a menos es cuando te propone bajar al fondo.
Primero bajamos a unos 2,5 metros de profundidad y una vez los nervios se han calmado, has practicado las señas de comunicación y ya eres capaz de respirar con normalidad volvimos a descender a una profundidad de entre 7 y 8 metros. Ahí ya me solté, cogí confianza y me dediqué a disfrutar, a ver los bancos de peces, las esponjas de mar, algún que otro pulpo en las rocas, y sobre todo la pradera de posidonia que le da al lugar un toque especial y cuyo movimiento o te hipnotiza o te hace pillar, por su movimiento, un mareo de manual que te puede obligar incluso a subir a la superficie.
Finalmente fueron alrededor de 40 minutos bajo el agua que se hicieron muy muy cortos y que si la experiencia te ha gustado te obliga a tener que repetir como así haré en breve.
Gracias Nando y gracias a @aquaventurabuceo por tan fantástica experiencia, por hacer que hasta el más novato de los buceadores, como era yo, se sienta tan seguro y disfrute tanto de cada momento.
Un consejo: ¡Probadlo!









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