Chocolates Valor, (Villajoyosa)

Chocolates Valor, (Villajoyosa)
Chocolates Valor

SOBRE ESTE DESTINO

VALORACIÓN GENERAL:

Como buenos amantes del chocolate, el nombre, el lugar y la visita nos generaron unas expectativas que después no se cumplieron.

  • Atractivo: 4/5
  • Atención: 4/5
  • Limpieza: 5/5
  • Calidad precio: 2/5

SOBRE ESTE DESTINO

POSITIVO

  • Estás en una población preciosa como es Villajoyosa.
  • El olor a chocolate.
  • Aprendes algo de historia.

NEGATIVO

  • La explicación inicial no dura más de 4 minutos.
  • No se muestra el proceso productivo, solo se muestra la zona de empaquetado.
  • Degustación escasa y de chocolates que ya todos hemos probado.

COMENTARIOS:

Decepción, esa es la palabra. Como amantes del chocolate íbamos a visitar el museo y la fábrica de una de las marcas más conocidas en lo que al chocolate se refiere. Solicitamos vía internet la reserva para la visita y sorprende que, a pesar de ser gratuita, tengas que indicar un numero de tarjeta ya que si no acudes te cobran 5.-€ por persona. Esto, quieras que no, aumenta las expectativas ya que piensas, «debe ser muy bueno lo que voy a ver, porque si no voy me cobran 5 euros por privar a otras personas de poder hacer la visita».

Una vez llegamos a la zona de recepción de Chocolates Valor y estuvo todo el grupo al completo, (demasiado numeroso para nuestro gusto), una persona nos acompañó a todos a una casa, supuestamente la que fue la primera fábrica, en la que en no más de 4 minutos explicó un poquito la historia del chocolate, los lugares de cultivo, el porqué de tantas fábricas de chocolate en Villajoyosa y cómo se distribuían las rutas comerciales para que todos pudieran vender sus productos sin hacerse la competencia. Una vez se terminó la explicación pudimos visitar las dos salas de que se compone este espacio en la que se puede ver una reproducción de la oficina del «jefe», unas cuantas máquinas de inicios de los años 40 cuando la electricidad llegó a la fábrica, algunos objetos para la fabricación o para servir el chocolate, mapas comerciales, algunas fotografías antiguas y poquito más.

De ahí nos llevaron a una nueva sala, esta vez ya en la parte de la fábrica moderna, en la que hay una reproducción de un árbol de cacao, pudimos ver y oler los distintos ingredientes que se utilizan para la fabricación del chocolate, y una voz «en off» nos contó la historia del cacao desde Hernán Cortés hasta nuestros días. De ahí pasamos a la sala audiovisual en la que durante 5 o 6 minutos unos dibujos animados nos volvieron a contar lo mismo que nos habían contado antes y un poquito, solo un poquito, acerca de la elaboración del chocolate Valor.

Y ya por último nos llevaron «a ver» la fábrica moderna. La visita a estas instalaciones consiste en una vista desde una planta alta acristalada de lo que es la zona de empaquetado, nada más, y prohibido hacer fotos de esta zona. Es decir, no ves nada de cómo se hace el chocolate ahora ni de cómo se hacía antes. Eso si, en la tienda, que está en la misma planta, se puede estar todo el tiempo que uno quiera hasta que compras, entonces ya tienes que salir de la tienda inmediatamente, (así, con esas palabras nos lo dijeron). Nos ofrecieron una pequeña degustación de los chocolates que todos hemos comido alguna vez en nuestra vida, chocolate con leche, con almendras y chocolate puro, (yo, que no soy experto en marketing ni pretendo serlo, daría a probar chocolates con sabores distintos a los habituales para fomentar la venta. De hecho, había un chocolate con higos que no nos atrevimos a comprar por si no nos gustaba después el sabor, tal vez si lo hubiésemos podido probar…).

En definitiva, una visita en la que aprendimos poco, en la que vimos poco y que está orientada única y exclusivamente a la venta en la tienda de la fábrica. Al menos, el personal que nos atendió fue muy amable y educado con todos en todo momento.

¿Repetiríamos la visita? Pues seguramente no. ¿Recomendaríamos la visita? Pues seguramente tampoco.

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