Viajarcon50

DÍA 1

Viernes 28 de julio. 09:00AM. Las maletas y la nevera de playa en el maletero del coche, salimos del garaje y nos dirigimos hacia Aspe. En Aspe recogemos a tres amigos/as que nos acompañarán hasta el destino. Otra nevera de playa, no sé cuantas maletas, bolsas y mochilas más y suficiente bebida como para sobrevivir un par de semanas y salimos dirección a Fernán Pérez.

Para el que no lo sepa la localidad de Fernán Pérez es una pedanía perteneciente al municipio de Níjar, en la provincia de Almería y dentro del parque natural de Cabo de Gata-Níjar. Visto el lugar y el entorno esperas que en cualquier momento de inicio el rodaje de una película del salvaje oeste americano, (muchas se grabaron en su día por aquí). Hay que destacar que en la iglesia de esta pedanía, (una de las iglesias mas antiguas de Níjar), en el año 1928 estaba previsto celebrar una boda a las tres de la madrugada, pero esta no pudo
celebrarse porque la novia huyó con su primo, que posteriormente fue asesinado.
¿Os suena la obra «Bodas de Sangre» de Federico García Lorca? Pues aquí fue donde sucedieron los hechos.

Pero seguimos con el viaje, a escasos 80 kilómetros de nuestra meta paramos a estirar las piernas y tomar algo sólido y una hora después, (sobre las 13:15PM más o menos), llegábamos a nuestro destino, a Fernán Pérez y más concretamente a nuestro alojamiento en los Apartamentos Madreselva.

Casi una hora después de estar con Isabel, la anfitriona, y de que nos diese mil y una recomendaciones de dónde ir, dónde comer, qué visitar, volvimos a montar en el coche ya vacío de maletas y demás enseres, (y antes de que nos comieran las moscas), y nos fuimos para la playa de Las Negras ya que habíamos reservado en La Caleta Restaurante, un lugar en primer línea de playa, a los pies de la Cala del Cuervo e integrado en el camping wecampsites, muy bien atendido, con buena comida y con un precio acorde al lugar, (para mi gusto ni caro ni barato). Después de la comida, un baño en una playa salvaje, (sin escarpines no entras), y a media tarde de vuelta a Fernán Pérez para la cena en el apartamento de otros amigos que también estaban allí.

Antes de la cena conocimos a unos cuantos vecinos, en este caso vecinas que tomaban el fresco en la calle sentadas en las sillas que cada una había traído de su casa, (ver fotos), gente amable y simpática dónde las haya. Lo dicho, cena y para terminar el día una copa en el Bar La Plaza Fernán Pérez, bar regentado por Lola y del que solo tengo buenas palabras por su amabilidad, atención y buen hacer, (y esto incluye a todo el equipo de Lola).

Hora de dormir.