Museo del Turrón: Historia, sabor y tradición Navideña
Museo del Turrón

SOBRE ESTE DESTINO

VALORACIÓN GENERAL:

Hace ya días que el calor se fue, las temperaturas han ido bajando poco a poco, estamos ya a mediados de noviembre y los días también se han ido acortando, en las calles, en los comercios y en algunas ventanas empiezan a asomar las primeras decoraciones navideñas y de repente nos llegan a la cabeza aquellos anuncios y aquellas musiquillas entrañables de nuestra infancia que siempre se repetían en la radio y en la televisión cuando llegaba la Navidad, y no, no hablamos de los villancicos, que también, hablamos de los anuncios de turrón y que a buen seguro la mayoría de nosotros seríamos capaces de reproducir ahora mismo, (alguna sorpresa puede que haya esta Navidad con respecto a esto según nos dijo un pajarito).
Pues bien, el pasado 14 de noviembre tuvimos la oportunidad de irnos hasta la localidad de Xixona/Jijona, (Alicante), para visitar el Museo de Turrón, una visita preciosa, 100% aconsejable, con una atención excepcional y que, cerca de una de las épocas más bonitas del año, la Navidad, apetece hacer aún más si cabe.

  • Atractivo: 5/5
  • Atención: 5/5
  • Limpieza: 5/5
  • Calidad precio: 5/5

SOBRE ESTE DESTINO

POSITIVO

  • Conocer la historia del turrón y su proceso de fabricación.
  • Experiencia cultural y didáctica.
  • Visita del museo y vistas de la fábrica.
  • Precio de la visita muy asequible
  • El trato recibido.

NEGATIVO

  • Ubicación del Museo en polígono industrial.
  • Puede haber bastante afluencia de visitantes en temporada alta, (especialmente visitas escolares).
  • Experiencia interactiva limitada.

COMENTARIOS:

Visitar el Museo del Turrón en Xixona/Jijona es una experiencia muy auténtica y educativa para quienes disfrutan del patrimonio industrial y la gastronomía, especialmente para familias, niños, viajeros curiosos y amantes de los museos.
Es una experiencia cultural y didáctica ya que ofrece un recorrido muy completo por la historia del turrón, sus materias primas, (almendra, miel, azúcar y huevo), ver cómo ha evolucionado la tecnología de producción, aunque todavía existe un proceso manual que le da un valor inestimable al producto y conocer cómo se ha comercializado a lo largo del tiempo, (existen en el museo máquinas antiguas y numerosas vitrinas repletas de objetos que han ido conservando a lo largo del tiempo y que ahora podemos contemplar). Esto no solo es interesante para los amantes de la gastronomía, sino para cualquiera que disfrute del patrimonio industrial.
Aparte de la visita al propio Museo, también incluye entrar a la fábrica moderna de turrones «El Lobo«, (que este año cumple 101 años), y «1880«, gracias a pasarelas aéreas, (en esta parte del recorrido no se pueden hacer fotografías ni grabar vídeos), lo que permite ver el proceso real de producción, en algunos casos todavía manual y con algunas máquinas con 100 o más años de antigüedad que a día de hoy siguen funcionando a pleno rendimiento.
El precio de las entradas al museo, en temporada alta cuestan solamente 3.-€, y por ese importe se obtiene una visita guiada, más explicación, más degustación, por lo que se convierte en un plan excelente para familias, (sobre todos si hay niños), y para viajeros curiosos.
El Museo se encuentra justo antes de llegar a la localidad de Xixona por la N-340 desde Alicante o una vez pasada la localidad, por la misma carretera nacional si se viene desde Alcoy, y aunque está dentro de un polígono industrial, (Polígono Industrial Ciudad del Turrón o Polígono Espartal II), está perfectamente señalizado y hasta nosotros, (que no nos caracterizamos precisamente, al menos yo, por nuestro sentido de la orientación), llegamos sin ningún problema.
El único «pero» que puede haber es que en temporada alta, (del 16 de junio al 31 de diciembre), y sobre todo ya más de cara a Navidad, como nos pasó a nosotros al hacer la visita a mediados de noviembre, la afluencia de visitantes puede ser alta, especialmente de visitas escolares, (sobre todo entre semana), aunque lo tienen muy bien organizado y con horarios suficientes para que no se mezclen unas visitas con otras.
Este es un museo tradicional, «de los de toda la vida» que se dice, si uno busca un museo con pantallas táctiles o con experiencias inmersivas aquí no lo va a encontrar, este es un museo con sabor a reunión familiar, a compartir, a regalos, a Navidad, en definitiva con sabor a turrón.
Al final de la visita, en la tienda del Museo hay una degustación de turrón y mazapán, lo cual da una recompensa muy dulce, (literal), a la experiencia.

Gracias a la familia Sirvent que desde 1646, es decir 12 generaciones después, siguen dedicándose al turrón y nos hacen disfrutar a nosotros de tan exquisito manjar y gracias a todo el personal que nos atendió maravillosamente bien antes, durante y después de nuestra visita.

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