Escapada de fin de semana a Montanejos

¿Qué hicimos?

DÍA 1 / Inicio del viaje y llegada a Montanejos.

Se hacía necesaria una escapada de fin de semana y que mejor que hacerlo a un sitio relativamente cercano y rodeado de una naturaleza excepcional, altas montañas, ríos, aguas termales, rutas de senderismo y una gastronomía espectacular, eso sin contar con el clima. Cuanto se agradecía el fresco cuando el sol empezaba a ponerse por detrás de las montañas.
El lugar elegido fue la pequeña localidad de Montanejos, (Castellón), a unos 60 kilómetros de Castellón de la Plana y 92 de Valencia y a poco más de 3 horas en coche desde Alicante.
Poco después de las seis de la tarde llegábamos a Montanejos y hacíamos el check-in en el Hotel Xauen, un hotel de 3 estrellas, muy limpio, habitaciones amplias y camas cómodas, estupendamente situado, con un desayuno justito pero con un café y un zumo de naranja, sentimos mucho tener que decir esto, que habría que hacérselo ver y tratar de cambiarlos cuanto antes, a ser posible. Quitado esto, todo lo demás perfecto, y además a escasos metros de la Oficina de Turismo del pueblo.
Una vez las maletas ya estaban en la habitación nos dedicamos a visitar el pueblo, recorrer sus calles, bajar hasta el río y ver como unos niños jugaban en la calle a las corridas de toros y al toro «embolado» con una cabeza de toro, (de juguete evidentemente), montada sobre unas ruedas, como en una especie de carretilla. Nos quedamos boquiabiertos porque pensábamos que eso era ya cosa del pasado y que la educación que recibían los niños en pleno siglo XXI rechazaba y había erradicado por completo el maltrato animal, pero parece ser que no, y esto si que es para hacérnoslo ver, todos, (colegios, instituciones públicas, familias, etc.), y con urgencia.
Recorrido el pueblo era la hora de tomar una cerveza bien fría y de buscar un lugar dónde cenar. Elegimos el restaurante La Sede, con una terraza amplia y con una carta a base de tapas a cual mejor que la otra. Pedimos un surtido de ibéricos, pulpo a la brasa, unas muy buenas patatas bravas y la especialidad de la casa, oreja. No somos muy de este tipo de platos pero debemos decir que estaba buenísima y que su sabor y tal y cómo estaba cocinada nada tenía que envidiar a los torreznos.
Con el estómago lleno era hora ya de retirarse dando un paseo a la fresca y descansar.

DÍA 2 / Ruta de senderismo y baño en el río.

Temprano arriba. Desayuno en el hotel y enseguida a buscar la Fuente de los Baños desde donde partía la ruta de senderismo que queríamos hacer. Nosotros habíamos elegido el sendero familiar, una ruta circular de unos 9 kilómetros que partía desde la Fuente de los Baños, (nosotros hicimos la ruta al revés), de ahí al abrigo de Rufino, después la presa de Cirat y salida a la carretera, se coge el primer camino a la derecha después del túnel, se puede visitar la Cueva Negra y ya se va bajando para llegar nuevamente a Montanejos.
Agotados y sobre todo acalorados nos dimos un fabuloso baño en el río con su agua tibia. Hay que decir que una parte del recorrido fue devastado por el fuego y da mucha pena ver tanta vegetación calcinada.
Destacar que hay un total de nueve rutas de senderismo, desde una dificultad baja hasta las de dificultad alta y que transcurren por senderos locales o incluso por senderos del GR-7 o GR-36, por ejemplo. Cualquiera de ellos ofrece unas vistas y unos paisajes espectaculares y si se puede terminar en el río como terminamos nosotros pues mejor que mejor. Un río muy muy limpio, con aguas termales cristalinas y con cantidad de peces de todos los tamaños nadando a nuestro alrededor.
Volvimos al hotel, una ducha y salimos en busca, primero de una cerveza bien fría ya que el calor era agobiante, y después de un restaurante en el que comer. De camino pudimos entrar a visitar la Iglesia de Santiago Apóstol, una iglesia del siglo XVIII construida sobre un templo anterior del siglo XVI. Su exterior es más bien austero y se complementa con un campanario con tres campanas, dos de ellas datadas en 1869. Su interior es totalmente contrario a lo que se espera viendo la fachada y destaca sobre todo la zona del crucero con pinturas murales de estilo academicista así como también el retablo mayor recientemente restaurado.
Siguiendo la calle llegamos a la Plaza de España y allí encontramos el restaurante La Taberna. Por suerte pudimos comer en la terraza muy cerca de un enorme ventilador y en el pudimos probar la alcachofa con jamón, la focaccia o la butifarra con tomate. Realmente muy bueno y a un precio asequible.
Después de una ruta de senderismo, del baño en el río y de una suculenta comida que mejor que una buena siesta como así hicimos.
Por la tarde el tiempo amenazaba tormenta, por lo que decidimos dar un paseo por el pueblo, alguna que otra compra, visitar, (lo que pudimos), el Balneario de Montanejos y una hora, que se nos hizo muy corta, en el spa del hotel, y llenos como estábamos de mucha comida preferimos cenar algo ligero en el propio hotel.

DÍA 3 / Vuelta a casa y parada en Altea la Vella.

Domingo. Se acababa nuestra estancia en Montanejos y pensando dónde poder parar para comer de vuelta a casa se nos ocurrió que estábamos apenas a dos hora de Altea la Vella, (hacía más de un año que no la visitábamos), así que para allá que nos fuimos. Esperábamos encontrar el pueblo con mucha gente como viene siendo costumbre cuando llega el verano pero no tuvimos en cuenta que es fin de semana coincidía con las Hogueras de San Juan u Hogueras de Alicante y resultó que ese día Altea estaba perfecta para poder pasear por sus calles sin aglomeraciones, visitar las tiendas e incluso poder comer en sus restaurantes sin haber reservado previamente. Nosotros comimos en un restaurante hindú, el Indian Elephant Restaurant, con un ambiente acogedor, platos muy bien elaborados, con una carta adaptada casi en su totalidad para personas celíacas y a un precio más que razonable. Después de la comida ya hacía demasiado calor como para pasear y decidimos que ya era hora de llegar a casa y dar por terminada nuestra escapada de fin de semana.